Sentenciado sin posibilidad de recurso
El arbitraje decanta la balanza del lado del Valencia (1-0) en un partido en el que ninguno de los dos equipos hizo méritos futbolísticos para abrir el marcador.
Si se pudieran reclamar los arbitrajes altamente perjudiciales, más allá de los famosos neverazos, bien haría el Granada en desviar sus inútiles esfuerzos jurídicos del partido de Copa del jueves al partido liguero de este domingo. En primer lugar, porque es en la Liga donde le va la vida al club granadino. En segundo lugar, porque el arbitraje sufrido por el equipo esta tarde sí que se podría considerar una clara vulneración de sus derechos.
Vaya por delante que la crítica al arbitraje no es un eximente de la autocrítica al juego colectivo. Al Granada se le pueden poner varios debes del partido de Mestalla, especialmente en el plano ofensivo. Pero lo cierto es que los pupilos de Paco López tuvieron que remar, sin éxito, contracorriente, a consecuencia de un penalti que solo vieron García Verdura y su homólogo en el VAR. Los mismos que no fueron capaces de ver una entrada temeraria de Gabriel Paulista que era merecedora de la expulsión directa.
Hugo “Rostro” Duro y penalti
Yendo a la jugada que cambió el partido, corría el último minuto de añadido de la primera parte cuando el colegiado decidió poner patas arriba un choque en el que ninguno de los contendientes había logrado ni siquiera rematar a portería. Torrente rozó con la mano a Hugo Duro, que dio una lección magistral de improvisación teatral, y el trencilla picó. Lo grave, en cualquier caso, es que no le corrigieran desde el VAR.
Pepelu fue el encargado de transformar la pena máxima, anotando el tanto que a la postre sería el de la victoria. Por tanto, el Granada se veía obligado a cambiar su plan tras el paso por vestuarios. La opción A, que hasta entonces había funcionado a la perfección, se caracterizó por una estrategia anormalmente conservadora para un equipo dirigido por Paco López, presionando en bloque medio-bajo y replegando al equipo en pocos metros para intentar sorprender mediante transiciones y balones largos.
Esto hizo que Bryan Zaragoza no obtuviera un solo balón en su zona de influencia en toda la primera parte, a pesar de que Paco López lo cambiara a la banda izquierda mediada la primera parte. Boyé, por su parte, probablemente fuera el mejor jugador de los visitantes por su brega constante, pero se encontraba demasiado aislado y lejos de portería. En cualquier caso, al Granada no le iba mal, puesto que lo que perdía en ataque lo ganaba en defensa. La famosa teoría de la manta corta…
Sin recursos en ataque
Hasta que llegó la tragedia (si se puede llamar así a un error humano clamoroso). El Granada se vio entonces con la obligación de cambiar el guión para la segunda parte, en busca del empate. Y lo cierto es que no fue capaz. Hasta el punto de que el único disparo a puerta de los rojiblancos en los noventa minutos fue más bien un pase de Gumbau a las manos de Mamardashvili en un saque de falta directa.
Quizás habría ayudado al propósito rojiblanco que el árbitro hubiera mandado a vestuarios antes de tiempo a Gabriel Paulista por una entrada con la plancha sobre Boyé. Sin embargo, a perro flaco, todo son pulgas. Y al Granada, a día de hoy, no le favorece ninguno de los elementos. Tampoco el arbitraje.
Tampoco favoreció la escasa inspiración del equipo en la elaboración de juego. Por momentos se consiguió empujar al Valencia cerca de su portería a través de balones largos, pero sin peligro real. Ante la presión de los dos puntas valencianistas, Torrente e Ignasi Miquel no veían otra opción que mandar balones largos que resultaban un caramelo para la zaga valencianista. Villar, Gumbau, Melendo, y un Sergio Ruiz que entró en la segunda parte, se convirtieron en meros espectadores del juego.
Dice mucho…
Dice mucho del encuentro de la actuación del Granada en ataque que el mejor balón al área lo pusiera el debutante en Liga (entrando desde el banquillo) Manafá. El centro del portugués fue realmente bueno, pero Puertas no consiguió enganchar una chilena en condiciones. Dice también bastante de la segunda parte que la única ocasión verdadera fue para el conjunto local, en las piernas de un Sergi Canós que curiosamente entró desde el banquillo en el primer tiempo y volvió con sus compañeros suplentes antes del pitido final. La salvó André Ferreira con una gran parada.
Que esta fuera una de las mayores anécdotas del duelo dice también bastante del mismo. En definitiva, por no alargar más la crónica de un partido que se jugó a la hora de la siesta y quizás por ello fue tan descafeinado, lo justo habría sido un 0-0, puesto que la creatividad de ambos equipos y las ocasiones brillaron por su ausencia. Pero no fue así porque el colegiado quiso poner la puntilla a la semana horribilis del cuadro andaluz.
La semana de Halloween, realmente terrorífica
Conviene recordar (y olvidarla cuanto antes) la semana que ha protagonizado el Granada. Se empezó con una derrota contra el Villarreal el pasado lunes por culpa de diez minutos verdaderamente terroríficos en los que se encajaron tres goles. Se continuó con el caso “Adri López” en Copa, que posiblemente invalide la victoria lograda dos meses después de la del Mallorca. Y se ha terminado con la injusticia arbitral sufrida en Mestalla.
Viendo el juego de los rojiblancos en los tres partidos, uno podría sentir la tentación de darse por satisfecho. Los de Paco López no han sido inferiores en el juego a nivel global en ninguno de ellos. Sin embargo, el balance es letal: 0 de 6 en Liga, y una más que probable y bochornosa eliminación en Copa.
Al menos el caso copero admite recursos. El de Mestalla, no. No los tuvo el equipo en ataque en todo el segundo acto. Y, por desgracia, no los tendrá en el aspecto arbitral. Como mucho, un neverazo. El caso Mestalla está visto para sentencia. Lo más preocupante es que, si se perpetúa esta dinámica, la temporada también lo estará más pronto que tarde…
Ficha técnica
Valencia: Mamardashvili; Correia, Gabriel Paulista, Mosquera (Gasiorowski 89´), Gayá; Fran Pérez, Javi Guerra, Pepelu (Yaremchuk 89´), Diego López; Hugo Duro (Guillamón 73´) y Amallah (Canós 24´, Foulquier 73´).
Granada CF: Ferreira; Ricard (Manafá 82´), Ignasi Miquel, Torrente, Neva (Álvaro Carreras 73´); Bryan Zaragoza, Villar, Gumbau (Sergio Ruiz 73´), Melendo (Puertas 73´); Boyé y Uzuni (Callejón 82´).
Goles: 1-0, Pepelu, de penalti (45+7´).
Árbitro: García Verdura (Comité Catalán). Amonestó a los locales Javi Guerra (51’), Gabriel Paulista (58’), Diego López (83’); y a los visitantes Gerard Gumbau (12´), Ricard Sánchez (40´), Raúl Torrente (45+6´), Gonzalo Villar (78´) y Bryan Zaragoza (90´).
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 12 de LaLiga EA Sports disputado en el estadio de Mestalla ante 49.922 espectadores.