Crónica del Granada CF-Rayo Vallecano: 0-2 | Apagón en casa
El Granada CF vio truncada su racha de invencibilidad tras casi un año y tres meses sin perder como local. Concretamente, lo que tardó en regresar la élite del fútbol español a la tierra de la Alhambra. La resistencia se mantuvo durante 75 minutos, tiempo que aguantó el físico de los jugadores. Dos desconexiones en cinco minutos trajeron consigo dos goles rayistas, así como la expulsión de Puertas terminó de inclinar la balanza a favor de los vallecanos. Esta es la crónica del Granada CF-Rayo Vallecano de G19.
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El inicio de la última semana completa de agosto se antojaba, cuanto menos, complicado para el granadinismo. El Rayo Vallecano, un rival históricamente complicado, acudía al Nuevo Los Cármenes con la idea de prorrogar su racha victoriosa una jornada más. A su favor, el ambiente enrarecido que empañaba el sentimiento rojiblanco derivado de la venta de Samu y la desidia de la dirección deportiva por reforzar el equipo. Sin embargo, ya en la previa esta hinchada volvió a mostrar lo que son: de Primera. Tanto en el recibimiento a las puertas del estadio como una vez dentro con los acordes iniciales del himno. El aficionado ‘filipino‘, acostumbrado a la Eterna Lucha, no iba a dar de lado a los suyos en cuanto vinieran mal dadas.
Paco López puso toda la carne en el asador, con un equipo de Segunda salvo el matiz de Gumbau en el lugar de Pol Lozano. El resultado fue un notorio despliegue colectivo, con un plan trabajado y correoso, como ya ocurriera en el Metropolitano hace una semana. Sin embargo, el físico duró una hora y cuarto de juego. A partir del 75′, el plan estalló por los aires y el Granada se dejó ir a costa de un Rayo con una plantilla más compensada que la local.
Ritmo frenético
El Granada CF ha caído de pie en su regreso a LaLiga. De igual modo que los resultados no acompañan, cosechando un 0 de 6 en las dos primeras jornadas y una diferencia de goles negativa (-4), esta plantilla lucha y compite como no hacía en Segunda. Bajo la tutela del triángulo formado por Gumbau, Sergio Ruiz y Melendo, Paco López mantiene una idea de fútbol propositiva y ofensiva. Eso se vio en su Levante hace unos años, y está consiguiendo extrapolar la identidad a su Granada actual. Al igual que vencer sin convencer a la larga trae preocupaciones, no sumar de esta forma da motivos para seguir creyendo pese a los refuerzos que deben llegar ya. Porque Primera no espera a nadie, y son dos jornadas disputadas que no regresarán.
El acto inicial, pese al 0 a 0 del descanso, regaló un intercambio de golpes interesante para el espectador. En la batalla táctica del preparador levantinista frente a su homólogo Francisco pudo resultar vencedor cualquiera. De hecho, la falta de contundencia en los dos bandos fue la que mantuvo el resultado a gafas. Aunque en los datos la inteligencia artificial indicase un marcador de goles esperados de 0.59|0.71 tras unos números idénticos en oportunidades: siete remates; cuatro chuts a puerta; dos disparos fuera; un tiro rechazado; y cuatro córneres. Lo único que no calcaron fue la posesión, favorable a los de casa en un 54%|46%.
Venció el Rayo
El entretiempo no cortó la intensidad andaluza, con más corazón que calidad a la hora de organizar ataques. Encomendados a las genialidades de Óscar Melendo, un mago al que la gasolina le priva de extender sus clases magistrales por el campo, en la línea de tres cuartos el único que guarda trucos es Bryan Zaragoza. El Granada CF, a pesar de no quemarle el balón en los pies a la hora de jugar el balón, con un Sergio Ruiz hasta la fecha excelso, sí que anda corto de acciones diferenciales que alteren un partido.
Por ahora tan solo Bryan es capaz de sacar rédito en una baldosa, elevándose al escalón más alto de los mejores regateadores de toda la categoría. Sin embargo, el equipo no alcanza esas revoluciones y siempre va al ralentí del malagueño. En una contra eléctrica tuvo la oportunidad de poner a su equipo por delante, mandando finalmente al poste el disparo.
A falta de veinte minutos, cuando el partido encaraba la recta final, el físico del Granada CF se mermó. La intensidad de Primera no es comparable a la de Segunda, y unos futbolistas que meses antes coronaban en la última edición de LaLiga SmartBank veían cómo ahora, poco tiempo después, le adelantaban por el carril de la derecha. El Rayo comenzó a imponerse, a ganar duelos y segundas jugadas. Inclinó el terreno de juego hacia la portería de André Ferreira y sacó su fútbol a la palestra.
Hasta ahora se lo podría haber llevado el que más suerte tenía, pero el Rayo sabía qué hacer para asegurarse los tres puntos. Justo antes de la pausa de hidratación anotó el primero, para escasos minutos después de ésta asestar otro golpe definitivo. Dos acciones similares, de circulación rápida, desdibujaron a un Granada fatigado, aún más castigado a falta de cinco minutos del final con la rigurosa expulsión de Antonio Puertas. Toca reorganizar ideas, esperar refuerzos y mantener la piña unida con el fin de remar en la misma dirección todos juntos.
