Al Granada le entra la pájara a los pies del Tourmalet

El equipo rojiblanco repite derrota por la mínima, esta vez en Zaragoza, y podría perder la oportunidad de depender de sí mismo antes de enfrentarse a Las Palmas y Eibar.

En argot ciclista, se conoce como puerto de alta categoría a aquella subida de gran dificultad, que otorga más puntos para la clasificación de montaña, y donde suele definirse la general. Es en estas zonas donde los grandes favoritos deben atacar, pero, sobre todo, evitar sufrir una “pájara”. ¿Cuántos grandes ciclistas han visto sus opciones de ganar un Tour de Francia volar por culpa de una pájara en el Tourmalet, por ejemplo?

Pues bien, para el Granada ese “Tourmalet” parecía situarse en las jornadas 36 a 39. Primero, dos duelos directos en casa contra Las Palmas (2º) y Eibar (1º), con visita al Racing de por medio. Para cerrar este “Tourmalet”, visita al Alavés (4º). De coronar el puerto en cabeza, el club andaluz podía afrontar el “descenso” del mismo, con rivales probablemente sin nada en juego al final de temporada, en una posición privilegiada para dar el salto a Primera.

A pesar de los esfuerzos por no caer en la euforia, tan peligrosa en el mundo del balompié, el ambiente en Granada era de optimismo. Tras más de media temporada persiguiendo al grupo de cabeza, el equipo de Paco López había logrado darle caza antes de afrontar el reto. Lo hacía, además, con una inercia muy positiva, tras diez partidos sin conocer la derrota, que le hacía parecer el más fuerte del pelotón.

Una “pájara” en el peor momento

Pero en una semana el optimismo ha tornado en preocupación. Al Granada le ha entrado la pájara, y quizás lo más preocupante es que lo ha hecho incluso antes de empezar el puerto. Cierto es que, antes del duelo contra Las Palmas, el equipo afrontaba dos partidos consecutivos lejos del calor de su público. Pero no menos cierto es que sus oponentes habitaban la zona media-baja de la tabla. Ganar, por tanto, era fundamental para enfrentarse a los partidos tan complicados que vienen a continuación con cierto margen de error.

Tras comenzar su pequeña “gira” por el norte con una dolorosa derrota en Gijón, el Granada tenía la ocasión de finalizar la Semana Santa haciendo propósito de enmienda en La Romareda. Lo cierto es que no se enmendó nada, pero propósito sí hubo. Paco López pareció tomar nota de los primeros minutos de Gijón, donde el Granada sufrió al no ser capaz de tener el balón. El técnico de Silla no presentó un once revolucionario, pero sí ciertos retoques para evitar que se repitiera la historia.

Cambios contraproducentes

En el doble pivote, entró Meseguer por Bodiger con el objetivo de amasar más el balón. Y el Granada lo tuvo, también favorecido por el bloque medio propuesto por Fran Escribá, consciente del peligro del Granada en transición. Sin embargo, se perdió el equilibrio, ese mismo al que eludía el técnico granadinista en la previa del choque. Ni Pol Lozano ni Meseguer son jugadores con el perfil de Bodiger para evitar daños mayores cuando se pierde la pelota. En la banda izquierda, Perea entró por Callejón. El jugador procedente del Cádiz destaca por su capacidad de retener el balón, justo lo que buscaba su míster. Sin embargo, tiene claras “lagunas” defensivas, no ayudando al lateral todo lo que debería. 

Y así llegó el gol del Zaragoza, en el último tercio de la primera parte. Fran Gámez se la dio a Bermejo, este se la devolvió de tacón, y el primero ejecutó un remate maravilloso con el exterior al fondo de la red. Un gol de esos que el aficionado neutral quiere ver en bucle. En lo que seguramente no repararía, al ver la repetición, es en que el gol surge de una desatención defensiva de Perea, no llegando Meseguer a tiempo tampoco. Los jugadores elegidos para evitar que se repitiera la debacle de Gijón, señalados en la foto en Zaragoza.

Quini, el mejor en ataque

La única novedad que cumplió fue Quini. El cordobés, sustituto forzoso de un Ricard que fue baja de última hora, evitó que en la banda derecha del Granada se reprodujera la sangría que sí se sufrió en la izquierda. No solo eso; fue el rojiblanco más prodigado en ataque. En el minuto 60 de partido, el lateral tuvo la oportunidad de cambiar el sino del partido con un espectacular disparo desde larga distancia que superó a Cristian Álvarez. El larguero, al igual que en Gijón, volvió a darle la “cruz” al equipo rojiblanco.

El hecho de que Quini fuera el jugador con más peligro en ataque habla muy bien del defensor, pero muy mal de los atacantes nazaríes. Especialmente preocupante es el caso de Weissman, relevado con cara de circunstancias cuando el travesaño todavía temblaba tras el chut de Quini. Tampoco es que los cambios aportaran mucho más de lo que se veía. Ni Callejón, poco habituado a salir como revulsivo; ni Bryan Zaragoza, eléctrico pero sin definición; ni Diedhiou, que no parece preparado para ser la referencia ofensiva en caso de playoff; ni Soro, en su vuelta a aquel estadio donde brilló como futbolista.

De esta manera, el tiempo se fue consumiendo con un Granada impotente. Si el equipo pecó de falta de definición en Gijón, en Zaragoza hubo una regresión y apenas se pisó área. Por supuesto, también hay que dar mérito al Zaragoza, quien cedió el balón a los visitantes para protegerse en campo propio y hacer daño al contragolpe. De hecho, los locales tuvieron ocasiones para sentenciar por medio de Lluis López, Bebé y Giuliano Simeone, hijo del entrenador del Atlético de Madrid.

El Granada podría dejar de depender de sí mismo

Con el pitido final, se confirmó la pájara de una escuadra que en una semana ha pasado de estar en puestos de ascenso directo a ver cómo el grupo de cabeza se le puede escapar peligrosamente. Si esta tarde puntúa el Eibar y vence Las Palmas, el Granada se verá a cuatro puntos del segundo clasificado. Es decir, los de Paco López perderían el derecho de depender de sí mismos para alcanzar los dos primeros puestos. Además, Alavés y Levante, los mismos equipos que le acompañaron desde Primera división este verano, podrían superarle y relegarle a la quinta posición.

De cara a esta jornada, solo falta “rezar” para que el grupo de cabeza no haga sus deberes y abra brecha. En cualquier caso, lo más preocupante no sería eso. Las sensaciones, a una semana de comenzar el “Tourmalet”, no son buenas. Si el Granada no se repone de su inesperada pájara, los de arriba podrían marcharse de nuevo. Esta vez a falta de siete jornadas, sin margen de reacción. El sábado que viene, primera final contra Las Palmas, en la cual el Granada necesitará más que nunca el apoyo de su jugador número 12.

Ficha técnica

Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Lluís López, Jair, Nieto; Bermejo (Eugeni 86’), Serrano, Grau Zapater 68’), Bebé (Francés 86’); Iván Azón (Puche 68’) y Giuliano Simeone (Gueye 89’).

Granada CF: Raúl Fernández; Quini (Bodiger 78’), Víctor Díaz, Ignasi Miquel, Neva (Soro 82’); Melendo (Diedhiou 78’), Meseguer, Pol Lozano (Bryan Zaragoza 62’), Perea; Weissman (Callejón 62’) y Uzuni.

Goles: 1-0, Fran Gámez (36’).

Árbitro: Hernández Maeso (Comité Extremeño). Amonestó al local Giuliano Simeone (87’).

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 35 de LaLiga Smartbank disputado en el Estadio La Romareda ante 15.504 espectadores.

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